En Guatemala, RFI fue al encuentro de mujeres que preparan su trayecto hacia Estados Unidos con métodos anticonceptivos. Durante el viaje corren constantemente peligro de ser violadas y quedar embarazadas. Las guatemaltecas que toman este trayecto, en su mayoría, son indígenas.
Por Diana Fuentes
Guatemala, 8 de agosto (RadioFranciaInternacional).- Con tono bajo, Aracely*, de 34 años, explica cómo se prepara para viajar. «Mis amigas me han dicho que tengo que prepararme y vitaminarme. Dicen que el camino es muy duro», dice a RFI.
«Sí tengo el temor de ser abusada porque mis amigas que han viajado a Estados Unidos, ellas sí han sido abusadas sexualmente. No han quedado embarazadas, porque ellas se han protegido antes de viajar. Ese es mi temor y lo estoy previniendo», detalla esta madre de dos hijos.
Otra migrante, Teresa, llegó a Illinois hace un año. “Las mujeres comentaban que hasta el propio coyote y los compañeros abusaban o tocaban de ellas”, recuerda. “Gracias a Dios en mi caso no pasé ese trago amargo».
En la mayoría de los pueblos indígenas existen creencias religiosas muy fuertes. Si las migrantes no llegan y son deportadas, cuando vuelven a su pueblo se propagan una serie de rumores que las condenan, afirmando que ya fueron violadas y están sucias.
Aracely sabe que será un riesgo el viajar sola, su esposo falleció hace un año y ahora tiene bajo su cargo a los niños. Sin trabajo su única solución es irse, pero antes de hacerlo tomará una decisión muy fuerte. «Fui al centro de salud para optar por la inyección de los tres meses», detalla.
UNA PROBABILIDAD DEL 25%
Cuando son estafadas por los traficantes, algunas veces el pago para un nuevo coyote es con sexo o trabajo ilícito. Si son atrapadas por los federales en tierra de nadie también pueden ser abusadas por los policías.
Aracely explica cuál sería su futuro si esto llegara a pasar: «La verdad si sufriera algún abuso sexual, creo que al llegar haya tendría que buscar algún tratamiento psicológico y seguiría igual con mi vida, luchando, trabajando para sacar adelante a mi familia que he dejado en Guatemala», explica la madre.
La percepción de riesgo probable en violencia sexual migratoria es del 25.31 por ciento, según un informe publicado en octubre de 2018 por INCEDES-UNFPA. La recopilación de datos en la actualidad es débil por la falta de denuncias.
Los cuadros son duros, ya que reportes de cuerpos de socorro dan cuenta que en estas caravanas y migración irregular por puntos ciegos hay mujeres que fueron violadas durante su recorrido. Muy pocas o ninguna tuvo acceso a alguna revisión en los puestos de salud.
La evolución de la migración previo y durante la pandemia ha llevado a que niñas, adolescentes y mujeres estén expuestas aún más a este abuso sin que exista ninguna condena para los violadores.
*Su nombre ha sido modificado